Las erupciones volcánicas, desde un punto de vista escénico, representan uno de los espectáculos más soberbios que ofrece la naturaleza. Los volcanes activos, de hecho, constituyen auténticos reclamos que atraen a miles de curiosos.
Pero más allá de las coladas de lava serpenteando ladera abajo y arrasando todo lo que encuentran a su paso, un volcán en erupción provoca otros impactos, especialmente sobre la atmósfera, generando efectos que pueden perdurar en el tiempo.
Así que nuestra intención con el presente artículo es detallar por qué es necesario monitorizar las condiciones ambientales a la sombra de estos gigantes que escupen magma. Y cómo nuestro Kunak Air Pro está siendo puesto a prueba en la erupción del volcán de Cumbre Vieja en la isla de La Palma (Islas Canarias). Mostrarte, en definitiva, la relación entre sistemas basados en sensores de calidad del aire y volcanes.