España es un país de contrastes, atractivo en muchos ámbitos: gastronómico, cultural, turístico… Y recientemente ha sido nombrado como el país más saludable del mundo.
Un informe reciente realizado por Bloomberg –hub informativo digital que se centra en finanzas, mercados, salud, tecnología, movilidad, lujo o política- ha acumulado datos de la ONU, el Banco Mundial y la OMS (Organización Mundial de la Salud) sobre 169 naciones sobre las que ha elaborado un índice de los países más saludables del mundo.
Para su realización se han teniendo en cuenta múltiples factores como la esperanza de vida, los hábitos de la sociedad, el acceso al agua potable y la calidad del aire.
España ha ascendido hasta la primera posición -el pasado 2018 ocupaba el 6º puesto- quedando como el país más saludable del mundo. Italia se sitúa en la segunda posición y le siguen Islandia, Japón y Suiza.
¿Puede la calidad del aire determinar si un país es más o menos saludable?
Respirar es el inicio de la vida en el mundo. Es lo primero que hacemos al nacer.
Es un acto tan inconsciente, natural e instintivo que nunca pensamos en ello. Un adulto medio realiza unas 21000 respiraciones por día. Esto es, entre 5 y 6 litros de aire por minuto, entre 7200 y 8600 cada 24 horas.
Mucho ¿no?
El aire limpio está compuesto principalmente por nitrógeno y oxígeno además de otros elementos como vapor de agua y dióxido de carbono en pequeñas proporciones.
Pero desafortunadamente el aire que respiramos NO es sólo eso. Más de 7 millones de personas mueren al año en el mundo por problemas derivados de la mala calidad del aire. Y el 98% de la población mundial vive en zonas con problemas de contaminación del aire. Datos escalofriantes para una actividad vital para nuestra supervivencia.
El aire contaminado contiene gases, polvos, olores y humos en grandes cantidades que provienen de la adición de sustancias emitidas a la atmósfera. Estas emisiones causan un desequilibrio en la composición original y dañan directamente la salud de las personas, animales y plantas.
Los principales efectos de la contaminación atmosférica sobre la salud van desde alteraciones de la capacidad pulmonar, problemas cardíacos y otros síntomas y hasta un aumento del número de defunciones por causas respiratorias y cardiovasculares.
La monitorización ambiental es el primer paso para tomar decisiones que favorezcan la calidad del aire y su impacto en la salud de las personas. Monitorizar consiste en medir los niveles de contaminación del aire en un área y así conocer el estado de la calidad del aire que respiran los habitantes de esa zona.
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Los sistemas KUNAK ENVIRONMENT 4.0 monitorizan la Calidad del Aire, las Emisiones Industriales, la Contaminación Acústica y otros factores medioambientales.
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